viernes, 19 de marzo de 2021

A veces solo necesitamos una pausa..


Qué difícil es poner una pausa cuando sentimos que todo en nuestro entorno se vuelve abrumador.
Soy de esas personas que siente que, si se detiene, no avanza.
Pero lo loco de esto, es que muchas veces, creo que estoy avanzando, solo por el hecho de no detenerme. Y no me doy cuenta, que solo estoy ahí. Quizás, justamente, por no poner una pausa. Por dejar que mis actos impulsivos seas más intensos, por no frenar en esos momentos donde la ansiedad pide a gritos que nos detengamos dos minutos, al menos, para respirar.
Hay que aprender a poner pausa y no sentir culpa en el intento.
Cuando nuestras emociones se alborotan, es fundamental sentarnos con ellas y dialogar. Escucharse.
Es necesario y recomendable tomarse el tiempo.
Pararse frente al espejo, si es necesario y mirarse...
¡Mirarse mucho!
Hace un tiempo, hice este ejercicio.
Me tomé esos minutos de pararme frente al espejo, me miré como hacía mucho tiempo no lo hacía...
Fue muy extraño, me encontré tan diferente, vi el paso del tiempo. Esa pausa me mostró todo aquello que no quería ver.
Note que mi mirada no era la misma, no tenía la misma expresión. Desde que tengo uso de razón, mi frente tiene una marca, una línea de expresión, siempre fui muy "chicata", lo que me obligó a forzar mi vista, volviendo esa línea más profunda. El ceño fruncido hace que sea más visible. Fue ahí, cuando note que esa línea, estaba súper marcada. Noté que no estaba siendo del todo feliz.
Pero tuve que tomarme esa pausa para poder aceptar.
No hablo de mirarnos como cuando nos maquillamos, peinamos, etc. Hablo de mirarte con conciencia, buscar tu mirada en el reflejo y ver que te dice.
Los resultados traerán acciones, las acciones nuevos caminos y sobre todo, mucho aprendizaje.
Detenernos, encontrarnos, preguntarnos hacía dónde vamos, muchas veces puede ser incómodo, pero sin duda, a mi entender, enfrentar con la frente en alto esas incomodidades, harán que el día de mañana, todo sea mejor, más sano y más satisfactorio el andar. Sin cargas extras.
Pero sobre todo, poner pausa ayuda a conocernos más a nosotros mismos.
Es tan importante aceptarnos, sobre todo, en esos momentos que estamos solos. Acompañados de nuestro reflejo. Ahí, no hay a quién podamos ocultarle la verdad, ni engañar, somos ese reflejo.
Y por mi forma de ser, es fundamental poder mirarme en un espejo y sentir que ese reflejo si soy yo, con virtudes y defectos, pero es el mío. Y mi miedo más grande es aparentar ser alguien que no soy. Es dejar de ser yo para ser aceptada.

Texto para Diego Armando Maradona

 Y un día, no quiso dar más batalla y se entregó.

Finalmente, el 25 de noviembre, del año 2020
falleció Diego Armando Maradona.
El ídolo de muchos a nivel mundial y en mi humilde opinión, dueño de la zurda más brillante de la historia del fútbol.
Una persona, de carne y hueso. Un mortal.
Con virtudes, con defectos.
Desde ayer, cuando me enteré de la noticia, por mi cabeza pasaron un sinfín de pensamientos.
Me pregunté para mis adentros tantas cosas...
Tengo muy claro, que en muchas cuestiones, no coincidía con su forma de pensar /actuar.
La verdad, a nivel deportivo, no tengo dudas que fue un grande, para mí, el mejor.
Disfruté verlo jugar, grité sus goles, con la selección y con mi amado Boca.
Y no digo esto solo por qué sea Argentina.
Tuve la suerte, por mi edad, de poder verlo jugar.
Qué simple parecía el dominio de la pelota entre esas piernas. ¡Qué agilidad!
Me tomé mi tiempo, para escuchar lo que decía la gente. No por que me interese en la opinión de los demás sobre Maradona. No me interesa en lo más mínimo.
Me interesa ver qué tan arrogantes somos a la hora de opinar de valores para con los demás.
Yo no tengo la capacidad de hacer un juicio de los mismos sobre la vida y las decisiones de nadie, esté o no de acuerdo.
Anoche, cuando escuchaba a la "12", allá en casa rosada, hacer sonar las estrofas del himno nacional argentino, miré a mi alrededor y me detuve un momento.
Pensé, fueron unos instantes en los que me fui...
¿Qué difícil debe haber sido su vida, no?
¿Quién puede ser capaz de juzgarlo?
No seamos hipócritas.
Escuché varios comentarios, buenos, malos. De todos tipo.
La realidad es que no era ningún dios. Era un ser de carne y hueso, un mortal más.
Fue un hombre que paso de ser un chico que pateaba la redonda en Villa Fiorito, a ser el jugador más conocido del mundo.
Cuántos de nosotros, los argentinos, al decir en el exterior nuestra nacionalidad, escuchamos una respuesta similar a esta: "Argentina, si. El país dónde nació Maradona,".
¡A mi, me paso!
¡No hace falta ser un historiador, para saber de dónde salió "pelusa" y hasta dónde llegó!
Hay quienes no piensan así, no se identifican con él, creen que fue un tipo, que las tuvo todas.
Y yo me preguntó, al día de hoy, realmente las tuvo todas?
Fama, dinero, mujeres, personas que se acercaron a el por su fama, intereses y adicciones que lo llevaron a una temprano y desolado final.
¿Ustedes, realmente, creen que eso es tenerlo todo?
Un tipo, que durante casi toda su vida, cargó en su mochila, el peso de ser "la mano de dios", en número 1, entre otros miles de adjetivos calificativos. El más conocido del planeta.
Una persona, vulnerable, defectuosa, pero creo yo, que auténtico. Por qué aún, cuando decía cosas o hacia cosas, que yo, en lo personal no comparto, era auténtico.
Un tipo, que desde muy joven no podía salir de su casa, sin tener amontonados periodistas, hinchas, etc.
Un tipo que tuvo, para mi pensar, que formar una coraza para protegerse de el mismo. Escuché tantas cosas, pero algo me sorprendió mucho. Al escuchar a sus compañeros, a esas personas, con las que Diego compartió algo más que un partido.
Todos ellos, hablaron de un Diego simple, austero...
Un Diego, puro corazón.
Es ahí, dónde realmente, me agarra pena.
Dónde realmente, pienso... Quién soy yo para juzgar?, desde que lugar, puedo opinar y emitir un juicio de valores?. La verdad, yo no lo conocí jamás, no tuve la capacidad de ver que le generaba alegrías, angustias, ira... ¿Desde que lugar podría hacerlo?
Se lo que saben muchos, mediante redes sociales, entrevistas, notas, mediante las miles de jugadas que nos dejó, su carrera deportiva.
Yo no quiero ser hipócrita. No puedo, lo siento si alguno sale defraudado al leer esto.
Diego, solo puedo decirte, mediante estas líneas, que gracias a vos, en parte entendí lo que es el fútbol. Porque verte jugar, siempre va a ser uno de mis grandes recuerdos.
Fuiste un deportista, que a mi país, lo supo poner, a nivel deportivo, en la cima del mundo.
De tu vida personal y de tu accionar, no puedo opinar. No te conocí.
No estuve en tus zapatos, ni caminé tu camino ...
Desconozco por completo tus dolencias.
Como Argentina, te agradezco por despertar tanta pasión por un deporte.
Espero, que finalmente, puedas descansar en paz.
¡Buen viaje, Barrilete Cósmico!

Como un rompecabezas…


En este momento de mi vida, me siento un rompecabezas sin armar.
Soy un gran puñado de piezas revueltas, buscando encajar para poder así ver otra vez una imagen nítida de lo que alguna vez fui.
Los cambios siempre fueron un completo desafío para mí. Al principio me cuestan horrores.
Metafóricamente hablando, aquí estoy,
separando las piezas, empecé por aquellas que tienen una cara recta, para formar los bordes, lo que sería mi círculo de contención.
Para poder unir todo, regresé a mi país, con mi familia, mis amigos, buscando esa contención que necesitamos cuando nos desarmamos por completo.
Regrese en un contexto especial, mi Buenos Aires querido te volví a ver y ambos estamos tan desarmados…
Pero aquí estoy!
Siempre consideré que era una "mujer luchona", de esas que no importaba que sucedía, siempre seguía ahí, con quejas, pero sonriendo y poniéndole el pecho al asunto. (ponerle el pecho es un decir… cualquiera que me conoce, sabe que olvidé mis tetas en el útero materno).
En fin, le tengo que poner humor, sea como sea, eso siempre fue parte de mi.
Pero ya me fui por las ramas…
Estoy en un duelo sentimental, los duelos también son algo que me cuestan mucho, sobre todo, esos duelos que uno debe hacer, aún con y por amor.
Me paso cuando viaje a Uruguay , mi mayor duelo, fue soltar mi país, mis amistades y familia. Se que puede sonar exagerado, pero cuando estás fuera, los detalles que pasamos por alto en lo cotidiano, como las juntadas familiares de imprevisto, los almuerzos, los sabores, las juntadas con amigos,las risas de los sobrinos, todo eso se vuelve un duelo.
Hoy mi duelo es diferente, mi rompecabezas se desarmó una vez más, pero esta vez, para acomodar piezas que no encajaban.
En el amor, cuando los caminos contienen bifurcación y las metas no son las mismas. Cuando nosotros ya no somos los mismos hay que aprender a hacerse a un costado.
Eso es importante, nunca hay que dejar de ser nítido, nunca debemos dejar que nuestras piezas se desacomoden y muestren un reflejo erróneo. Tenemos que ser muy cuidadosos.
Hoy miro mi caja, buscando ese reflejo de lo que era, cuidadosamente empiezo a acomodar mis piezas, tratando de que encajen sin esfuerzo. Y se que tengo que ser cuidadosa, porque cuando nos desarmamos tantas veces, es normal que algunas piezas tengan imperfecciones.
Quise escribir utilizando como ejemplo un rompecabezas, porque realmente así me siento.
De chica, pasaba horas armando rompecabezas de muchas piezas, armaba y desarmaba el mismo muchas veces. Y a medida que pasaba el tiempo y volvía a armarlo, las piezas encajaban distinto, algunas perdían su color.
Cuando nosotros nos desarmamos, quedamos con marcas y secuelas.
Lo importante, es tomarnos el tiempo necesario para poder poner cada pieza en su lugar. Con paciencia, cuidado y amor…
No importa cuánto tiempo me llevará terminar de completar mi imagen, solo importa empezar.
¡Siempre lo más importante es empezar!

martes, 6 de febrero de 2018

Hace unos días, tome unas vacaciones, después de muchos años sin viajar.
En los 15 días que estuve lejos de la rutina reflexioné bastante...
Una mañana me encontré sentada en una montaña a 2.500 metros de altura.
Miré el paisaje, jamás había visto algo igual y juro que me sentí minúscula...
De pronto, me vi ahí, rodeada de tremenda inmensidad, respire una enorme bocanada y cuando incliné mi cabeza, ahí estaban ellos. ¡Mis viejos!
Los vi y pensé, que bueno es poder estar acá, poder compartir esto con ellos.
¿Cuántas veces, en la convivencia, la rutina, en lo cotidiano dejamos pasar por alto estos detalles?
¿Cuántos de nosotros, por estar en modo automático, dejamos pasar lo lindo, lo que está ahí?
Yo tuve la suerte, la enorme dicha de poder frenar mi cabeza en ese momento en que los vi y agradecer...
Estamos de paso, vivamos apreciando lo que hoy está, lo que tenemos. El resto no importa.
Hoy, particularmente, salí de mi trabajo y decidí caminar...
Disfrute ese rato.
Mientras escuchaba "Desastre" de Cerati, pensaba lo bueno y la suerte que tenía de estar caminando y eso, que no tuve el mejor de mis días y mi calzado no era el adecuado.
Pero estaba ahí, pertenecía a la misma masa que caminaba a mi alrededor.
Me volví a aislar...me detuve unos 15 minutos en la plazoleta que tenía más cerca, empecé a observar mi entorno.
De pronto, mi mirada se detuvo en el juego de una mujer y un chiquitín.
A el nene se lo veía muy contento, la mujer, pese a que parecía sofocada, miraba a ese chico de una manera increíble. Las sonrisas de ambos destacaban entre la multitud.
Aunque debo admitir,que cada tanto, la visual era interrumpida por algún que otro transeúnte apresurado.
Yo seguí ahí, un rato más, mirando...
Por suerte, no había ningún "tictac" pisando mis talones.
Hay instantes que nos regala la vida, instantes para realmente abrir los ojos y "parar la moto".
Llegue a casa después de caminar por dos horas.
Apenas entre, vi por la tele que anunciaban el fallecimiento de Débora Pérez Volpi (QEPD).
Al ver la noticia, se me terminó de dar vuelta la cabeza.
Salgamos de la pausa, tengamos la capacidad de corrernos de lo que no suma.
Dejemos de lado lo superficial. Los rencores, el EGO.
Sobre todo el ego.
No importan la mitad de las cosas por las que corremos a diario. No carguemos problemas extra en la mochila, porque todo tiene solución, menos la muerte.
Los desamores, las peleas, el trabajo, la situación económica...todo eso, sin dudarlo tiene solución.
A corto o largo plazo, con más o menos esfuerzo, pero la tiene!
Lo que no lo tiene, es la muerte.
Valora cada segundo, valora la compañía que tenes hoy.
Disfruta tu trabajo, tus amistades.
Agradece si gozas de buena salud y no te falta el plato de comida.
Rodéate de lo real, pero sobre todo, sé auténtico.
Actúa con el corazón, aunque quedes en ridículo.
Reíte y que cada carcajada resuene en un enorme eco.
Juntate con tus amigos, aunque sea un LUNES!
Come, no importa si te pasaste unos kilos...
Y si tienes la dicha de probar sabores nuevos, HACELO!
No todos pueden darse ese lujo!
Viaja, que no te de miedo. Conoce otras culturas, otras realidades, PERO SOBRE TODO, CONOCETE A VOS MISMO!
Que ningún reloj te juegue una mala pasada. Se vos, se libre...
Enojate menos, perdona más.
Actúa con el corazón, aunque tengas miedo que lo rompan.
Jugatela, quien no participa, nunca gana.
Disfruta el instante.
Cuida al que querés, al que te quiere...no todos tienen la dicha de tener a alguien que se preocupe por uno.
Que la vida te permita equivocarte y aprender de cada error...
Que la vida te regale las mejores enseñanzas.
Vacía tu mochila de rencores, prejuicios, miedos.
Llevate lo fundamental...
El amor de los afectos, los aprendizajes y recuerdos...
El resto, es prestado.

martes, 12 de diciembre de 2017

Reflexiones de fin de año!

Llegó diciembre y con él, mí inevitable balance anual.
Hay quienes, tal vez, les interese leer estas líneas, hay quienes lo van a pasar por alto. (Y está permitido).
Comencé el año rodeada de ellas...mis amigas.
Las personas que sostienen mi mano hace muchos, muchísimos años.
Recuerdo qué me paré en una silla y bajé con el pie derecho, deseando muy en mí interior un excelente 2017.
Entendí que no hay que ponerse más peso del necesario.
Que los momentos malos suceden y si uno le pone mucho huevo, se superan y te dejan la mejor de las enseñanzas.
Y qué cuando menos lo esperas, los reencuentros aparecen, sin necesidad de dar explicaciones.
Derrotas, llantos, risas...ganas de mandar todo al carajo y ganas de volver a empezar con más garra, más sabiduría.
Si, suena pedante. Pero es la verdad y está buenísimo como se siente!
Porqué pese a todo, sigo conservando mis principios, mis ideales.
Mis hnos. Qué aunque choquemos, lo son todo y siempre van a estar en un lugar especial de mi vida. Mi historia.
Mis amistades...los de siempre y los nuevos.
Un trabajo que me gusta!
La música, mis tangos, el fútbol (sobre todo mi boca querido)
Las charlas, esas qué te desvelan...
El amor... siempre el amor!
Me detuve a mirar mi interior, me busqué, me encontré y todo lo que hoy veo, merece mi agradecimiento.
Hoy, a pocos días de cerrarlo puedo dar gracias por otro año más!
No fue fácil, pero acá estamos...
AGRADECIENDO, siempre agradecida!
Un año, que sin duda fué de mucho aprendizaje.
Un año dónde la salud de las dos personas que más admiro estuvo en juego...mis viejos!
Doy gracias de poder tenerlos junto a mí y tenerlos vitales!
Los amo, ustedes lo son todo!
Son mi mundo y mí mejor escuela.
Un año, dónde entendí qué hay que superar los enojos, porque detrás de cada uno de ellos, solo hay dolor.
Aprendí a perdonar, pero sobre todo, a perdonarme.
Aprendí, que las distancias, no siempre son "olvidó".
Qué el amor sí es mutuo y genuino no necesita mucho preámbulo y para manifestarlo solo basta fundirse en un abrazo!
Aprendí, que no hay obstáculos más grandes que los que uno solo pone en su mente. Qué si tenés la capacidad de correrlos de lado nada es imposible.
Esté fué un gran año!
Lleno de nuevas experiencias, aprendizajes, amores, triunfos...
Un año especial, llegué a mis 30 años y estoy orgullosa de mi misma...
Me aplaudo por los resultados obtenidos. Sobre todo, porque no fueron ambiciosos.
PARA SER FELIZ NO NECESITAMOS TANTO!
Las risas de mis sobrinos/as y sobrina nieta, las miradas de mis viejos.
Volver a la radio y a tener esas charlas de previa producción que reconfortan el alma de cualquiera. Poder compartir eso y sobre todo, poder hacerlo con esos tres grandes amigos, no tiene precio!
Hace un tiempo que paré la moto...
Por eso, GRACIAS 2017!

lunes, 14 de agosto de 2017

En vísperas de mis 30 años


Estoy a muy pocos días de cambiar de década, ¡Se vienen los 30 años!
Lejos estoy de deprimirme, aunque debo admitir que el término "Señora "me sienta medio mal.
Cómo que todavía no logro amigarme con esa palabrita de 6 letras.
Bastante difícil me resulto cargar a mis 13 años con el apodo de "Nona". Ni hablar de las prematuras canas...
Fui tía por primera vez a los 4 años, tía abuela a los 26 años. Si sigo así, no llego a los 40!!! ( Na, chisteeee)
Aunque ahora que lo pienso mejor, mi apodo no estuvo nada mal y con los años aprendí a quererlo.
Con los años, aprendí muchas cosas...
Aprendí que los enojos no pueden ser eternos.
La importancia del poder perdonar
Entendí que los afectos no siempre permanecen para siempre. Algunas personas cambian de rumbo, llegan a nuestras vidas, nos sacuden y se van dejando una enseñanza o un gran recuerdo.
Entendí, y me costó bastante, que mis padres no son eternos. Me amigue con eso y poder comprender eso me enseñó a darles valor a los instantes.
Pucha que tenemos lindos momentos, las sonrisas de los que queremos, ver sus crecimientos, progresos. Qué lindo que es sentirnos queridos, que nos tengan en cuenta!
Con los años me amigué con mis fracasos. Durante mucho tiempo los sentí como un gran peso, hasta que pude entender la enseñanza que había detrás de cada uno de ellos.
Aprendí a escuchar...
¡Cuantos, de nosotros, muchas veces solo necesitamos que alguien nos escuche!
Aprendí a decir que no, sin sentirme mal por ello.
Con los años, me volví más auténtica.
Entendí la famosa frase: "quién te quiere, te busca".
También, comprendí que la actitud es una pequeña cosa, que hace una gran diferencia. Aunque, muchas veces el costo que tenemos que pagar por tenerla sea muy alto.
Entendí que siempre, si se quiere, se puede ayudar al otro. (Y no hablo precisamente de ayuda económica).
Aprendí que la palabra ambición no tiene por qué ser mala. La definición que brinda el diccionario dice: "Deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr".
Ojo, puede ser una cualidad muy positiva en ojos de algunos, y una muestra de competitividad desmedida para otros.
No hay nada malo en querer prosperar, eso sí, siempre y cuando uno sea respetuoso con los demás y honrado en su forma de actuar.
A mis casi 30 años, valoro mucho más los principios que me inculcaron mis padres.
Lo importante que es el respeto, para con los demás, pero, sobre todo, para con uno mismo.
La verdad, no tengo nada de que quejarme. Nada de que arrepentirme. Puedo considerarme, sin lugar a dudas, ¡una mujer AFORTUNADA!
Ahora sí,pueden llamarme SEÑORA!!!

martes, 4 de julio de 2017

Cuando dejamos de escondernos de nosotros mismos.


Hay momentos en la vida en la que empezamos a querernos ver cada día más auténticos.
Al menos eso me pasa a mí!
Llegué a una etapa de mi vida, en la que todo empezó a ser valorado desde otra perspectiva.
Donde todo empezó a tener un porqué.
Hoy me veo diferente, quizá, quién dice, empecé crecer!


Me descubrí una vez más, me miré y vi que estaba viviendo algo que no quería y no podía ser...


Cuántas veces, algún temor nos lleva a aceptar eso?, Si, eso que sabes que no sos, pero tal vez otros esperan o te piden que seas?
Te lo pide el día a día, la sociedad, incluso, esa imperiosa necesidad de poseer más.


No hace mucho que decidí reencontrarme conmigo misma, me paré frente al espejo y me banque el reflejo de verme.
De ver eso que soy, eso que esperaba ser y eso, en lo que me deje ser.

Y la verdad, no me gustó, mi sonrisa no era autentica. Incluso mi mirada.

Cuántas veces al día, te miras y te cuestionas si sos eso que querés ser?
Lo pensas?

Por momentos me siento tan Virgo, siempre analizando todo!!!

Que fácil suena, no?, pero que difícil es hacerlo!
A medida que vamos creciendo, los sentimientos empiezan a ser una pesada carga. Ni hablar del accionar cotidiano. De los miedos, las derrotas, los triunfos, los afectos.
Todo accionar nos condiciona.
La única meta, creo yo, indispensable en la vida de todo ser humano, es la capacidad de aceptarse y permitirse ser...
Ser capaz de tolerar el reflejo que da el espejo, ser lo suficientemente fuerte y dejarse de esconder de uno.
Dedicarse unos minutos para permitirse darle valor a lo importante.
Hoy me permito ser...
Me permito ser menos quejosa y disfrutar más.
Empecé a detenerme en los instantes...
Un instante contemplando la risa de mis viejos, pucha que hoy valoro el tenerlos vivos!!!
Un instante de jugar en el piso con mis sobrinos, sin importar que sucios pueden quedar mis pantalones.
Un instante para disfrutar de una rica comida.
Un instante compartido con esas personas que elegimos y nos eligen...LOS AMIGOS.
Un instante para salir a caminar y dejar que el viento me despeine.
Un instante para poder pedir perdón y dar gracias. Sobre todo, DAR GRACIAS!
Un instante para añorar, para llorar mis penas.
Un instante para enamorarme, incluso de lo prohibido.
Un instante para escuchar a quien necesita ser escuchado.
Un instante para fundirme en un abrazo.
Un instante para sentarme a volar con la mente, para escribir...
Un instante para cantar algún tango
Un instante para hacer alguna travesura, humorada...incluso, una ridiculez!
Un instante para no esconderme.
En este último tiempo aprendí a sumar instantes para disfrutar eso que tantas veces se nos escapa de las manos...
LA VIDA!